Francisco Guardeño RoldanLA CRISIS DEL SISTEMAEl sistema funcionó bien durante dos décadas, pero tenía graves defectos en su estructura tales como que a los países con déficit exteriores, las paridades fijas les planteaban problemas mayores que el déficit mismo. En efecto, en países con problemas de pagos, se crean expectativas de que, tarde o temprano, el país deberá devaluar porque, dado el sistema de paridades fijas, o consigue resolver su desequilibrio con un ajuste eficaz, o la única salida será la devaluación. Por tanto era un negocio seguro intentar devaluar una moneda porque, en el peor de los casos, la paridad no se iba a modificar. El proceso solía ser el siguiente: los agentes económicos vendían la moneda bajo sospecha con la seguridad de volver a comprar una cantidad mayor de la misma tras la devaluación. El banco central del país afectado se veía obligado a mantener la paridad, aguantando el ataque contra su moneda y comprando su propia moneda, agotando sus reservas de divisas para luego recurrir a préstamos a corto plazo. La situación se hacia tan insostenible que el país debía finalmente devaluar y, a menudo, en porcentajes mayores de los que requería el desequilibro inicial. Puede argumentarse que la solución correcta era sencilla: devaluar antes de que se desencadenase el movimiento especulativo. Pero en la practica resultaba difícil, ya que los países mostraban una gran resistencia política a devaluar porque se consideraba un reconocimiento del fracaso de las políticas económicas seguidas y de debilidad económica ante otros competidores; así mismo, se requería acudir al Fondo para devaluaciones superiores al 10% . El resultado es que el sistema amplificaba los problemas y desestabilizaba las economías. Por ello, y a partir de que, en 1971, Estados Unidos suspendiera la convertibilidad dólar-oro, se entró en un nuevo sistema de tipos de cambio flotantes en lugar de fijos que se mantiene hasta la actualidad. Francisco Guardeño RoldanManagement Solutions |
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